Historia y creación del ser humano Anton Parks
Hablaremos de la historia del Namlú’u (Humano Primordial) plasmada en los trabajos de Anton Parks, en la que se refiere a esta Prodigiosa raza de andróginos ensamblados por los Kadištu en Uraš (Tierra).
Altamente respetados porque combinaron el patrimonio genético de numerosas especies de Diseñadores de Vida. En su narración, el humano original, el inicialmente creado (Namlu’u) era un ser extraordinario, cuasi superior a sus creadores y casi omnipotente, perteneciendo a varias dimensiones, dotado con capacidades de asombrosa clarividencia, capaz de leer los pensamientos de cualquiera.
Este humano original parece estar singularmente cercano a la Fuente, es decir, al Creador del Mundo, o “Dios”. Pero ¿Quiénes son, pues, estos creadores de los Namlu’u? ¿Por qué crearon a tales asombrosos seres? ¿Y por qué en esta forma?
Según Parks los Namlu’u tienen existencia perpetua en alguna parte en Angal (las dimensiones más altas).
El término NAM-LU-U (“Inmensos seres humanos”) fue usado por los “dioses” y los sumerios para designar a esta humanidad primordial. Más adelante, el término fue usado para referirse a los sumerios, quienes fueron los primeros humanos en Mesopotamia,aquellos que estaban en contacto con los “dioses” encontrados en la Biblia bajo los nombres de Yahvé y Elohim.
La partida de los Nam-lú-u de nuestra dimensión fue sincronizada con la llegada de los Anunna a la Tierra.
Los Namlú’u son seres que encarnan capacidades no comunes. Ellos fueron creados “todos de una vez” por los Kadištu (Diseñadores de Vida), quienes sembraron vida en este planeta.
Ellos eran, por decirlo así, los guardianes de la Tierra (Uraš) antes de la llegada de los Anunna. En un antiguo texto gnóstico conocido como El Libro Secreto de Juan (NH2-1.28), encontramos lo siguiente:
Este ser fue confeccionado por los “creadores” a la imagen de Dios (la Fuente) y conformando su respectiva apariencia. Este ser primordial perfecto combinaba los varios poderes con los que ellos (los creadores) habían sido dotados, tanto física como psicológicamente. Los Namlú’u tenían aproximadamente cuatro metros de altura. Podían detectar pensamientos, y más importante tenía la habilidad de desplazarse muy rápidamente de una ubicación a otra a través del uso del Merkaba, el campode la luz individual, del cual la transmutación, a través del uso de los chakras y el Kundalinî, les permitía transformarse en un vehículo de ascensión.
El término Merkaba significa “carroza” en hebreo, pero traducida en egipcio MER KA BA significa Conectar el Espíritu y el Alma, bien pudiéramos decir vehículo o vínculo que conecta el espíritu con el alma.
Los guardianes de Uraš no son solitarios; usualmente viajan en grupos de dos o tres individuos como mínimo.
Por su estatura de 4,5 metros, nosotros debemos haberles recordado mucho a los Ukubi (monos). Las ciencias combinadas de los Kadištu les habían proporcionado un cuerpo semi-etérico incomparable. Esto, acompañado por una interacción completamente desconocida, que les permitía cambiar de tonalidad y evolucionar desde la 7a hasta la 3a dimensión sin dificultad.
Esta envoltura etérica de un tinte nacarado entre violeta y rosa parecía reflejar la esencia divina de la Fuente Original. Los Namlu’u nunca abrieron sus bocas para hablar.
Ellos sistemáticamente usaban la Kinsag (telepatía). Eran extremadamente cultos y conocían numerosos dialectos, entre ellos el Emeša de nuestras sacerdotisas.
Para desplazarse interdimensionalmente, los Namlu’u parecían utilizar el campo de Turzalag (taquiones) que forma la estructura principal de la materia de los vórtices atemporales. Nosotros mismos usamos el campo Turzalag, pero solo para viaje superluminal de punto a punto. Cuando descendían al KI, cada grupo Namlu’u se encargaba de guardar un terreno especifico. Una vez cumplida su misión, los Namlu’u a veces venían a encontrarse con nosotros.
Los Anunna tenían problemas para tolerar su presencia. Los guardianes de Uraš tenían la reputación de ser capaces de detectar los pensamientos de los demás. Cuando tenían una sensación de problemas o peligro, los Namlu’u adquirían un tinte rojizo. El cuerpo etérico de los Namlu’u, brilla constantemente y a través de su transparencia, se ve el sistema energético entero que se irriga con la luz, al cual nosotros llamamos el Nadi.
Cada ser vivo posee este sistema que nos conecta a la Fuente. Según la doctrina de los Abgal de Gagsisa (Sirio). El sistema de Nadis permite al Páranna fluir hacia delante y hacia atrás armoniosamente. Es decir la energía vital que los Gina’abul prefieren llamar Niama. El cuerpo semi-etérico de los Namlu’u no es el único elemento que poseen para ajustar su tonalidad; su gran secreto es su uso del Páranna. Los Namlu’u son verdaderos centros de energía para dirigir la expansión molecular – una expansión realizada mediante la perfecta interacción del Páranna, los Šagras y la Kundalinî, lo que les permite poner en acción su campo de luz individual. Este campo de luz, emanado directamente de la reacción en cadena efectuada en las partículas atómicas del cuerpo, permite a cualquier forma orgánica transformarse en un vehículo de ascensión, el Merkaba.
Todo ser viviente que posee un cuerpo físico rodeado por esta fuerza invisible. “Cada cuerpo orgánico vivo está sintonizado con diferentes realidades; solamente aquellos seres encadenados a la densidad KIGAL son incapaces de darse cuenta de ello”
El Merkaba está constituido por un campo de luz contra-rotatoria que vincula formas a los diferentes niveles de realidad. Por este medio, sucede a veces que ciertos objetos se encuentran a sí mismos en varias dimensiones simultáneamente.
Al activar su Merkaba, los Namlu’u se transforman en seres súper-luminosos, para quienes las nociones del pasado, presente y futuro no existen de la manera en que lo hacen para nosotros y la densidad KI de este planeta no es ajena a esto.
Los Namlu’u poseen un absoluto dominio de sus Šagra (chakras), lo cual les permite comunicarse entre sí instantáneamente. Ellos pueden dialogar con otras formas de vida distintas a la suya. Los Namlu’u no tienen líder. Ellos forman una comunidad colectiva de primer orden. Una unidad social !una sola esencia!
El ser humano de hoy está muy lejos del Namlu’u, el humanoide original o primordial creado por los Kadištu para supervisar los animales del jardín planetario que era Uraš (la Tierra).
Como se indica con precisión en el Génesis (1.26), el humano fue el último espécimen en ser integrado en la reserva viva de los Diseñadores de Vida.
El objetivo de esta reserva era reunir el conocimiento genético de los emisarios de la Fuente. El ser humano original era sumamente respetado porque en su interior combinaba el patrimonio genético de numerosas especies de Diseñadores de Vida… Razas aliadas dotaron a los Namlu’u con varias partes de su estructura corporal. Diseñadores de Vida, tales como los Ameli aportaron el elemento principal de su maravilloso cuerpo semi-etérico.
Todos los Diseñadores de Vida contribuyeron con un poco de sí mismos en la formación de los Namlu’u. Por lo tanto los Namlu’u eran magníficos seres, producto de la herencia colectiva de las ciencias combinadas de los Kadištu. Por esta razón, eran los guardianes vivientes del conocimiento de nuestro universo… Una de las manipulaciones más notables de los Gina’abul es haber alienado al ser humano para producir un animal que les sirviese. Para ello, los Gina’abul comenzaron con el ser humano original que luego mezclaron con sus propios genes y los genes de los monos.
La particular mezcla que los Gina’abul deben haber tenido que inventar para obtener a su Á- DAM resultó de una composición completamente imposible de comprender hoy por los científicos humanos. Requirió el mismo tipo de manipulación que los Kadištu habían usado para ensamblar al humano original.
Enki, el hijo de An y Nammu, fue el encargado de este triste y sucio trabajo, bajo coacciones creo esta combinación genética, la “sangre mixta (mestizos)”.
El triste aspecto del Á-DAM-animal (Un ser esclavo, completamente subordinado a “los dioses”, similar a la idea de Ukubi de los dioses: gente inferior / multitud; mono) es atestiguado por muchas tradiciones, particularmente en los textos apócrifos, que son documentos de la misma época que las escrituras bíblicas, pero que no fueron admitidos por la Iglesia. ¿Por qué? Porque estos textos socavan seriamente la versión oficial.
La humanidad posee un prodigioso destino. ! La meta de la humanidad no es reproducir los errores de los reptiles que tuvieron la idea de disminuirlos genéticamente, y que se hicieron pasar por sus creadores!
Como hemos visto, cuando los Ušumgal y sus Anunna, Mušgir, y Miminu (razas) vinieron a la Tierra, no fue como si no hubiese nadie para recibirlos. Nuestro planeta ya había tenido una historia y tenía sus habitantes. De hecho, Uraš (la Tierra) había sido colonizada con mucha anterioridad a ese horrible momento. Los Namlú’u habían sido creados aquí, y bajo su guía los Kingu y las Ama’argi Amašutum habían desarrollado un número de primates que estaban, en ese momento, bien establecidos (“Proyecto Kingu”).
Mamitu-Nammu y las Ama’argi habían estado desarrollando muy activamente diversas formas de vida aquí (“Proyecto Elohim”).
Las dos lineas Adamicas se iniciaron en un punto 200,000 años antes de su llegada, con los dos “proyectos” anteriormente mencionados los cuales pueden ser caracterizados de la siguiente manera Proyecto Elohim lo que Parks denomina “los negros“, los A-DAM, fueron creados por Enki y su gente, a requerimiento de los Ušumgal-Anunna, como esclavos para trabajar en Edin. (Edin o Edén = llanura en sumerio) (No debemos confundir a estos seres con los “negros” de hoy en día. De hecho, la línea fue completamente eliminada y ya no está presente en la Tierra.) Ellos fueron un reajuste con genes de las Amašutum de los preexistentes Ugubi, una clase de mono similar a los simios de hoy en día, Proyecto Kingu un proceso distinto, los Kingu-Babbar emprendieron la creación de una raza blanca, los Lubarra, mezclando sus propios genes con los de los Á-dam Sag-giga, marcando así su supremacía sobre la creación de los vencedores.
El papel de Ninmah en todo esto es confuso. Originalmente ella estuvo entre las Ninti (“enfermeras”) que colaboraron con Enki en su creación del Adam negro para trabajar en Edin. Pero ella no formo parte del equipo que mejoraría al Adam negro. Sin embargo, cuando ella acompañó durante un breve periodo a Sa’am-Enki, trabajó clandestinamente en el desarrollo genético del Adam blanco siguiendo sus directrices. Así pues, Enki no fue el creador de los blancos, pero los modificó por medio de la intervención de Ninmah.
Más adelante, debido al rechazo por parte de Enki de la sociedad Ušumgal-Anunna, Ninmah comenzó a trabajar por su cuenta en cooperación con los Babbar para mejorar progresivamente el Adam blanco, mientras que Enki y Se’et continuaron modificando el Adam negro. Así es pues que inicialmente Ellos habían estado trabajando en entidades conocidas como Ugubi, Ukubi, Ukubi Ullegara, entre otros.
La historia de Parks argumenta enérgicamente algo más parecido a un diseño y a una mezcla y combinación de genes en un laboratorio, esto no apoya la evolución sino más bien una especie de formidable “diseño inteligente”, salvo que no está exactamente realizado por “Dios”, sino por los pseudo-dioses que eran los Ušumgal-Anunna.
Al principio los Nungal de Sa’am fueron designados para realizar los trabajos físicos de construir la colonia, cavar las cuencas o cauces de los ríos y canales de irrigación en la llanura de Edin para favorecer la necesaria agricultura, y para trabajar también ellos mismos en los campos de cosechas.
Finalmente, cuando los Nungal se rebelaron, se desarrollaron una serie de razas trabajadoras para liberarlos de esta tarea. El humano temprano fue la combinación genética de humano original, Gina’abul y simio. Sa’am proseguía con lo que su madre había hecho con los simios. Una primera versión humanoide, el primer Adam, era una mezcla de Ukubi, Ama’argi y Kingu de piel verde, y desempeñaba las funciones de los obreros en Edin.
Tenga en cuenta que los Kingu no eran responsables propiamente de esta creación. Sus células fueron incluidas para marcar la dominación de los Ušumgal-Anunna sobre los Kingu – para humillarlos. Después de esto, Sa’am/Enki, con el apoyo de su madre y dos hermanas, mejoro clandestinamente la raza, bajo las narices de An y Enlil.
Agregaron células de los Namlu’u, como una manera de “humanizar” al Ádam. Estos seres eran de piel negra. Al tener genética Ama’argi, poseían colas. El nombre sumerio para ellos es Sag-gi-ga, que significa “esclavo negro”. Los Kingu entonces objetaron, pidiéndole a Sa’am que agregara sus genes Kingu-Babbar (de Tiamate) a los Sag-gi-ga, resultando un humano de piel blanca, que marcaría su supremacía sobre los de la realeza. Estos estaban pensados para dominar a los negros. Este ser fue llamado Lú-bara, que significa “hombre blanco”. Juego de palabras: Lú-bara significa “hombre soberano”; Lú-bar-ra significa “alienígena” o “extranjero”.
Enki y sus socios también acabaron mejorando clandestinamente a estos seres, para darles más autonomía. Estas son las razas humanas iniciales, no las de hoy en día. El espécimen original concebido especialmente para el trabajo había sido andrógino. Enki lo “cortaría en dos” para hacer un hombre y una mujer. Las crónicas muestran en detalle como los Anunnaki se establecieron y controlaron a la humanidad, la cual ellos transformaron genéticamente del ganado para su mayor placer, porque los Anunnaki son algo perezosos. Esto es como ellos llegaron a ser considerados como dioses (o, para ser más directo, “Dios”) ante los ojos de la humanidad. Desafortunadamente para estos Anunnaki, quienes continúan secretamente dirigiendo los asuntos humanos, los humanos están llenos de mutaciones, y muy pronto saltaran dimensiones… un momento histórico hace largo tiempo esperado en la historia de la humanidad.