Es preciso eliminar «El DESPUÉS».
Ese fantasma sutil que nos susurra que todavía hay tiempo,
que no pasa nada si dejamos las cosas pendientes,
que la vida nos espera con paciencia infinita.
Pero no es así.
¿Por qué dejamos todo para Después?
Decimos:
Después te llamo,
y esa llamada que podría iluminar el corazón de alguien
se convierte en un silencio que lastima.
Después lo hago,
y lo que hoy parecía fácil y ligero,
mañana se transforma en una carga más pesada.
Después lo digo,
y la palabra no dicha
se queda atascada en el alma,
llenándonos de arrepentimientos.
Después yo cambio,
y la transformación que podía abrirnos caminos
se diluye en excusas y miedos.
Vivimos postergando,
como si el Después fuese lo mejor,
como si el universo estuviera obligado
a esperarnos sin límite.
No entendemos que el Después es un ladrón silencioso.
Después el café se enfría y pierde su aroma,
Después la prioridad cambia y ya no importa,
Después el encanto se desvanece sin remedio,
Después lo temprano se convierte en tarde,
Después la añoranza se convierte en vacío,
Después lo que parecía eterno se rompe,
Después los hijos crecen y dejan de ser niños,
Después la gente envejece y ya no está,
Después el día se convierte en noche,
y después… la vida simplemente se acaba.
No dejes nada para Después.
Ese tiempo incierto y engañoso
puede ser demasiado tarde.
Porque en la espera del Después,
podés perder los mejores momentos,
esos que nunca vuelven.
Podés perder las mejores experiencias,
las que hacen vibrar tu alma.
Podés perder los mejores amigos,
porque ellos también siguen su camino.
Podés perder los mayores amores,
que cansados de esperar,
deciden marcharse.
Podés dejar escapar las bendiciones
que Dios ya tenía preparadas para ti,
pero que no se repiten si no estás listo para recibirlas.
El Después no existe,
es una ilusión creada por la mente,
un espejismo que retrasa la vida,
un engaño que te roba lo único real: el presente.
El día es HOY.
El momento es AHORA.
No esperes a tener más tiempo,
no esperes a sentirte preparado,
no esperes a que sea el día perfecto.
La perfección está en dar el paso en este instante.
YA NO ES TIEMPO DE POSPONER NADA.
Haz esa llamada.
Da ese abrazo.
Escribe ese mensaje.
Toma esa decisión.
Perdona.
Agradece.
Ama.
Vive.
Porque la vida sucede en este mismo segundo,
y lo único que tenemos seguro,
es el ahora.
